lunes, 6 de febrero de 2017

55 El león rampante


El león rampante

Antonio García Velasco



El león rampante de su escudo heráldico lo agarró brutalmente y lo sacudió sin piedad. Un gran esfuerzo le costó salir ileso del atentado. Cuando se atrevió a contarlo le dijeron: "Es una obcecación absurda, una alucinación tuya". "Os juro que es verdad". "Pues para que no vuelva a ocurrir, pinta el escudo con anilina". "No puedo destruir la herencia de mis antepasados". "Só-lo-la-ca-mu-flas", respondieron silabeando. "El palacio está declarado monumento de interés nacional". "Será que el león está cansado de fotos y visitas turísticas y a ti te culpabiliza", dijeron con sorna. No hubo más. Pero aquella misma tarde, el león rampante de su escudo heráldico le sacudió con toda la fuerza de su garra y murió en el acto.


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