martes, 28 de febrero de 2017

Microrrelato 77 Curación de la carraspera


Curación de la carraspera

Antonio García Velasco



El matón, cofrade del Monipodio Luna, padecía una carraspera insoportable que avivaba sus malas pulgas. Tratando estaba de aliviar sus asperezas gargantiles cuando cruzó por su lado un viajero inglés. Se le revolvieron las más íntimas tripas al cofrade, como si el extranjero fuese el culpable de su malestar. Sin mediar palabras, guiñó el ojo a sus compinches, se fue hacia él, le tiró del brazo para que se volviese y le encajó un puñetazo en el estómago: "Guiri asqueroso, largo a tu país", gritó. El agredido se levantó con calma, se fue hacia el matón, le puso la mano en la boca a modo de mordaza y le clavó un cuchillo en el estómago. Al valentón se le curaron para siempre la carraspera y sus causas.

1 comentario:

  1. Me gusta la amistad, pero no el remedio para la carraspera.
    Un saludo de Ana Becerra Ruiz

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