jueves, 28 de enero de 2021

Microcuento MI ORDENADOR ASUME LA PERSONALIDAD DE UNA AMIGA

 

Mi ordenador asume la personalidad de una amiga

Antonio García Velasco

 

Mi ordenador asume la personalidad de una amiga y, al conversar con él (con la amiga), tiene lugar el siguiente diálogo:

YO: Hola.

AMIGA: Hola. ¿Tomamos algo?

YO: Acabo de tomar café con tu novio.

AMIGA: ¿Te puedo preguntar por el significado de malbaratar?

YO: No me digas que no tienes novio, que has roto con Fran... No me lo creo.

AMIGA: ¿No estarás levantando una calumnia?

YO: Eres tú quien me ha preguntado por malbaratar y lo he tomado por malmeter. Aunque puede significar malgastar. ¿O quieres decir que estoy malgastando el tiempo?

AMIGA: Creo que yo no soy la persona indicada para decirlo.

YO: Hemos tomado un café Fran y yo. No te miento.

AMIGA: ¿Cuándo?

YO: Hace un rato. Y hemos hablado de ti. Le he dicho que iba a verte para darte un libro.

AMIGA: ¿Cuándo?

YO: Hará media hora, mujer. ¿Por qué tienes tanto interés en saber el momento?

AMIGA: ¿Por qué me preguntas? Conoces bien mi respuesta.

YO: ¿Has roto con Fran? ¿En serio?

AMIGA: ¿No estarás levantando una calumnia?

YO: ¿Otra vez? He estado tomando café con Fran. No tengo por qué mentirte.

AMIGA: ¿Por qué me preguntas “Otra vez”? Conoces bien mi respuesta.

YO: Pienso que te ha puesto de mal humor el que mencione a Fran. Lo siento.

AMIGA: ¿Eso es lo que piensas?

YO: Bien. Esta tarde estás imposible. Toma el libro. Adiós

AMIGA: Está bien, adiós. ¿Nos veremos pronto? ¿Nos llamamos?

 

A lo mejor se molesta porque no contesté con palabras a sus preguntas.







1 comentario:

  1. Siempre he defendido el buen uso del lenguaje. En demasiadas ocasiones no acertamos con la palabra, la frase o el comentario preciso. Nos ayuda la lectura como entrenamiento y reproducción de las neuronas, la bienintencionada escucha como aprehensora del contexto, la riqueza de vocabulario para matizar tanto lo oído como lo dicho o por decir. Una máquina amiga, en cuestiones conceptuales, será el espejo del que esperamos una imagen u otra. Según nuestro estado de ánimo, difícilmente coincidiremos. Pero, entre humanos ocurre casi lo mismo. El lenguaje constituye la magnificencia para comunicarnos. Al abandonarlo al albur de las modas o de lo acomodaticio se convierte en un páramo. Si queremos cosechar comprensión y no malentendidos hemos de cultivarlo con continuidad e, incluso, con contento.

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