martes, 21 de abril de 2020

Romance celebrando los romances de Antonio Porras


Romance celebrando los romances de Antonio Porras


Antonio García Velasco


Un romance le dedico

a mi amigo Antonio Porras

animándolo a seguir

en romance sus historias.



No es que no sepa qué hacer

en esta larga encerrona.

Es que sus coplillas tienen

gracia, chispa y mucha broma

expresada con sus versos

de retranca socarrona.

Recordemos, si no, al joven

que visitaba a la novia

y dejó que ésta le hurgara

por donde oculta la... honra,

queremos decir, ya saben,

lo que decir ya nos sobra.



Recordemos más: el hecho

de aquel Albino que a bolas

entretenido jugaba

y ni a voces ni a tamboras

de la madre respondía.

Hubo de dar dos sonoras

salvas de escopeta al cielo.

Y al pan pan deja las bolas

y Albino vino corriendo

para dejarnos la copla

de un refrán tan español

como de un pino la copa.



Y no sigo recordando

que también deja doloras

concienzudas, reflexivas,

tan serias como señora

que va vestida de luto

llorando por la corona

de muerte y malas entrañas

que un virus puso en la proa

de este barco a la deriva

donde vivimos ahora.


lunes, 20 de abril de 2020

0024 Microcuento La mujer del César y el huracán


La mujer del César y el huracán

Antonio García Velasco



Calculaste bien, amado mío, dando a aquellos individuos lo necesario para promover un partido político. Resultó ser una inversión a corto-medio plazo. Tendremos una sucursal de nuestros intereses en aquel país. Nos proporcionará beneficios en breve, seguro. Tú recelabas un poco, pero, mi intuición no me engañó, como en tantos otros momentos. Van bien encaminados: ya están en el gobierno, dominando, influyendo sobre los coalicionados. Esta desgracia, aunque también nos afecta, ha venido que ni ideada por nosotros en nuestro beneficio. Un pueblo con miedo es un pueblo fácilmente dominable. La masa se hace más manipulable en situaciones de terror a las que individualmente no se puede hacer frente. Al confiarse al poder, al poder se someten. Y el poder puede imponer, marcar el camino, conducir un manso rebaño... Nadie osará poner resistencia y, al disidente, se le cortan las alas y a nadie extrañarán los alicortados cuando acompañe una buena propaganda en favor aparente del bien común al que deben someterse las libertades individuales en tiempos de crisis. "Pan y propaganda, pan y circo, pan y folclore alienante, pan y temor". Hicimos muy bien invirtiendo en aquellos muertos de hambre que se creían los inteligentes salvadores del mundo…

Un viento huracanado abrió de golpe la ventana mal cerrada. Los cortinajes se levantaron. Cayeron algunos de los objetos que ocupaban la mesa… Se precipitaron a cerrar y la fuerza del huracán los arrastró al suelo. La guardia pretoriana acudió a los gritos de socorro y pusieron remedio a la fuerza natural que había interrumpido el discurso de la mujer.

jueves, 16 de abril de 2020

0023 Microcuento BAILARINA CLUECA


Bailarina clueca

Antonio García Velasco



Cuando quedó embarazada, suspendió sus danzarinas actividades, ensayos y actuaciones.

-Empollando los huevos está Natalia -rio Maribel con sarcasmo.

-Está cuidando de sí y de la criatura que espera la luz -apuntó Isolda que ya salía para regresar a casa. 

-Esta luz incierta que es la vida. Esta luz ingrata que nos ciega. Esta luz amarga que nos indica caminos inseguros -exclamó Iván recogiendo las últimas palabras de su compañera antes de salir y cerrar la puerta.

-Te ha prendido la vena lírica -le espetó Maribel.

-Me ha prendido lo que tu digas, pero echo de menos a Natalia.

-Ella ha escogido su pareja y su vida. Tú no tienes hueco bajo sus plumas de clueca.

-No tienes ni derecho ni motivos para despreciarla, para manifestarle animadversión.

-Ni tú tienes motivos para echarla de menos, teniendo quien te... aprecia más que ella.

-El corazón tiene sus reglas y no podemos imponerle gustos ni, acaso, disgustos. Lamento que se haya marchado, lamento los motivos que dieron lugar a su estado... Y lloro su ausencia. Su amor imposible.

-Acaso no vuelva. Pero yo sigo aquí.

-La añoro... Me bastaba con tenerla junto a mí en los ensayos y los eventos. Me conformaba con elevarla en mis brazos, con la sonrisa fingida de los escenarios, con sus representaciones de amor... ¿Volverá? Me prendía la ilusión de que formaba mi pareja ideal, mi amor sublimado en arte, mi complemento cierto... La amo.

-No te engañes, amor. Su corazón ya ha elegido y el fruto de esas relaciones llegará pronto. Vuelve los ojos a la realidad. A tu disposición me tienes.

-Mucho lo siento, Maribel... Natalia arderá siempre en mis entrañas.

-Y tú, mi amor, harás que yo siga ardiendo en el mismísimo infierno -y, dándose la vuelta, se alejó malhumorada.


viernes, 10 de abril de 2020

0022 Microcuento LA CONTAGIADA


La contagiada

Antonio García Velasco



Una posta que falta en el lugar adecuado, ¿quién ha ordenado su desaparición?; un hombrecillo burlón de color pardo amarillento, ¿por qué se ríe?... ¿Podría ser peor el panorama? Tampoco la mujer lo esperaba en casa, pues se había ido a emperrarse bajo un piojoso infectado de una enfermedad maligna. No lo sabía, ciertamente. "He ido a visitar a mi madre", dijo al volver. Quedó tocada y, a los pocos días, ni podía respirar bien, ni podía con sus huesos, tosía, tenía fiebre alta, sangraba por la nariz... El marido, alarmado, la llevó al médico, que no supo que mal le afectaba. "Al hospital", dijo. Ya era tarde cuando llegó.



Tras los días de duelo, cuando emprendió un nuevo viaje, al salir de la villa, se topó con la risa burlona de aquel individuo de color bayo.

-¿Por qué se ríe? -preguntó como para sí mismo.

-¿De verdad quieres saberlo? -le respondió el compañero.

Asintió.

-Ese amarillento pardo fue el alcahuete que llevó a tu mujer a los brazos de quien le contagió la enfermedad.

-¡Lo mato! -exclamó.

-Ya se ha encargado la parca de ajustarle las cuentas. No fue tu esposa la única que metió en su cama depravada... Todas han muerto acusando los mismos síntomas. ¡Dios nos proteja!

-Amen -dijo el viudo arreando los caballos con indignación y malhumor.



lunes, 6 de abril de 2020

0021 Microcuento EL BURKA DE JALILA


El burka de Jalila

Antonio García Velasco



Como bien se sabe, un burka es un traje completo de la mujer musulmana, pero también se llama así a un tipo de velo que se ata a la cabeza y cubre la cara a excepción de una apertura en los ojos para que la mujer pueda ver a través de ella. Este burka es más conocido como niqab.

Jalila Abdel Bari llevaba siempre un burka de los llamados niqab, En una ocasión viajó por Europa y la obligaron a desprenderse de su atuendo natural.

Ahora, al contemplar en el televisor que orientales y occidentales caminaban con mascarilla por la calle, exclamó:

-¡Alá es poderoso! Condenaban nuestro niqab y les ha mandado el medio para que ellos, los infieles, mujeres y varones, se vean obligados a llevarlo en sus salidas. ¡Fata-Barak-Allah! Poderoso y grande es Alá. ¡Sabio y clemente! Bendito y respetado sea su nombre y su Profeta. Alaihi salaam.



viernes, 3 de abril de 2020

0020 Microcuento EL ADIÓS PATULECO DE AMPARO


El adiós patuleco de Amparo

Antonio García Velasco



Se le notaba perfectamente que estaba enfadada y de mal humor porque no paraba de refunfuñar, de emitir voces confusas, palabras mal articuladas, frases ininteligibles entre dientes.

-Mamá, que dices cuando te enfadas, di.

-No estoy enfadada, que va.

-Refunfuñas y no entendemos lo que estás diciendo.

-Cosas mías, chiquilla. No te preocupes.

Y se retiraba balanceando el cuerpo con su peculiar manera defectuosa de andar.

Un día estalló y, lo que fue refunfuño, se convirtió en voces de palabras perfectamente articuladas:

-Me tenéis harta todos, vuestro padre, vosotras, los políticos, la nación, la televisión, la radio... No aguanto más. Me bajo de este mundo, me tiro en marcha de este tren desquiciado... No aguanto más.

-Mamá, por favor, cálmate, no es para tanto, todos estamos hartos.

-Amparo, mujer, no te pongas así. No des mal ejemplo a tus hijas. Todos vamos en el mismo barco... Todos, hasta los políticos de los que tanto renegamos. Ten calma, mujer.

Se retiró a su cuarto patuleca y trinando, refunfuñando de nuevo. Sólo le entendieron una palabra:

-¡Adiós!



jueves, 2 de abril de 2020

0019 Microcuento LA DEPILACIÓN DE LA ESCRITORA EGIPCIA


La depilación de la escritora egipcia

Antonio García Velasco



Una depilación láser aplicada concienzudamente desde la cabeza a los pies, la había dejado sin el más mínimo indicio de vello, cabello o ligero tamo. Su aspecto resultaba singular para unos y evocador de maligna enfermedad para otros. Era hermosa, esbelta, elegante, atractiva pese a carecer de cabellera. Después del acto de presentación de su libro en el Ateneo, al inicio mismo del coloquio, le preguntaron:

-¿Por qué lo has hecho?

Ella contestó primero en árabe egipcio, su idioma materno y, al percatarse de que ninguno la entendía, dijo:

-No considero esencial la presencia de pelo en la cabeza, ni siquiera es un adorno bello en la mayor parte de los casos. Y no digamos la engorrosa tarea de su cuidado para que esté mínimamente presentable. Es más práctica su eliminación. En la cultura musulmana, la mujer ha de ocultar sus cabellos, porque las "mujeres descubiertas son más provocativas para los hombres" y ello puede acarrear conflictos personales y sociales.  Si el Sagrado Corán dice que "la mujer musulmana debe cubrir su cabello porque Dios se lo ha ordenado", yo, por mi cuenta, prescindo de él.

- ¿También prescindes del pelo de tus partes íntimas o tus axilas? -quiso saber Arturo con tonos y sonrisas de manifiesta ironía.

-Las occidentales ya se depilan buena parte de su cuerpo. Yo lo he hecho desde la cabeza a los pies. Pero estamos aquí para hablar de mi libro.

Para casi todos los presentes, Akila Alassel, dejando a un lado su inteligencia y prestigio como escritora, desde aquel momento, fue objeto de morbosos deseos.