sábado, 20 de enero de 2018

20 El brindis por la justicia


El brindis por la justicia

Antonio García Velasco



-Has dejado grietarse o agrietarse tu país. O, dicho con más propiedad, has conseguido que se abran grietas profundas en el suelo y en las gentes de tu pueblo. Y ¿aún te crees revestido de inculpabilidad? ¿Y aún te crees vestido de inocencia? ¿Y aún te crees capaz de insistir en el empeño de volver? ¿De qué pasta estás hecho? ¿Qué cara te hace sonreír todavía? ¿Qué clase de privilegiado te crees? ¿Por qué has huido si no te consideras culpable? ¿Y, desde la cueva de tu refugio, te dispones a regir los destinos de la gente? ¿En serio? ¿O, simplemente, es una huida hacia adelante? ¿Un hablar y hablar para que no se escuche el discurso de los otros? Has provocado una batahola demasiado grave. Lo peor es que contribuyen muchos a que ese gran ruido siga mortificando los oídos... ¿Por qué no callas y dejas sedimentar las piedras de la tormenta?

-Las piedras no, pero deja sedimentar tú el puñetazo que te mereces -y, con las mismas le hizo señas a guardaespaldas para que le lanzase un terrible gancho a la mandíbula.

El consejero se tambaleó hasta caer al suelo, lisiado, sangrando. El otro lo miraba con rabia y puños tensos. El gorila se frotaba las manos por el deber cumplido. El lesionado se levantó como pudo y se marchó.

-No se pueden decir sandeces y quedar impune. Merecido tiene el castigo y la destitución inmediata. ¿Qué grietas he abierto yo en mi pueblo, en las gentes de mi pueblo? ¿De qué soy culpable? Ellos me acusan, sí, pero de nada tengo que arrepentirme. Estoy en mi derecho de volver y que me dejen en paz como inocente que soy de haber procurado el bien para los míos. Y si no me dejan volver, que, al menos, no se opongan a que, desde la distancia, rija los destinos de mi gente. Sé perfectamente lo que quiero.

-No has debido mandar que le pegaran -le dijo uno que había presenciado los hechos.

-Me estaba acusando sin motivo.

-Creo que te equivocas.

-No, no sigas por ese camino que todavía tengo fuerzas en los puños de mis leales... Y poder para que te vayas de mi lado. Advierto.

Se callaron todos los presentes. Él levantó la copa de cava para brindar por la justicia y los comportamientos democráticos.




2 comentarios:

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  2. Todos nos retratamos con nuestras palabras y actos. Pero, en la impostura siempre nos retrata un espíritu similar al de algunas pinturas de Goya.

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